Olor de mar profunda
Me hueles a tierra mojada,
A hojas marchitas y dehesa soleada.
Por tu cuerpo antiguo resbala
un manantial de agua dorada.
En tu pelo, un antiguo secreto,
guardado de la mirada profana,
se esparce flotando en el viento.
Moran en tus secretos labios,
silenciosas palabras que calman,
con suaves y amorosos cuidados
mis heridas que furiosas claman.
A través de tus lunas,
Se destilan, suavemente
Como doradas estrellas
susurros que son simiente,
para mi alma ardiente.
Como una fiera liberada,
orgánica, viva y revuelta,
te acercas a mi fuego,
cual fuente de Mayo,
brotando incesante,
y sin liberar tu secreto,
iluminas cada instante.
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